HABIA UNA VEZ, UNA VEZ


Había una vez
una vez
en que el tiempo se ordenaba
con el desorden del deseo
que comandaba intrépido
la ilegalidad de los días
batiendo con el corazón
que jamás se abatía

y era tan bello el caos
que nunca había tiempo
para aprovechar el tiempo
y no había un
qué hacer
más urgente
que ser…

y era entonces el verso
el que hablaba las bocas
y era toda la luz
mirando por los ojos
y era toda la música
escuchando atenta

y la vida era eso:
un gerundio perfecto
y el instante
era
eterno.

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