CUMPLEAÑOS

Últimos momentos del día de su cumpleaños. Un cumpleaños raro. Justo otra década...
El parque de la casona de los tíos - donde ha festejado todos y cada uno de sus cumpleaños desde niña - lucía tan hermoso como siempre. Como si no hubiera dejado de ser niña.
- Dios ha decidido regalarme un día especialmente soleado y cálido ... - se dice, pero la idea no la alegra. Casi casi lo contrario. Como si fuera demasiado.
- Linda fiesta - se comenta a sí misma recordando. - Aunque algo estuvo extraño para mí.
Se mira en las fotos de su memoria reciente y se ve distante, mirando todo más que participando, queriendo expresar afecto y emociones  sin poder hacerlo, como si hubiera un vidrio entre ella y la gente.
¿Qué le falta? No puede precisarlo. En verdad, siente que lo tiene todo, o casi todo: familia, amigos, la generosa casona de los tíos, el canoso abrazo de su padre, la elogiosa sonrisa de su madre, su marido atento y sus lindos hijos, un montón de regalos, - “tantos que no sabría qué pedir”... - abundancia, seguridad, salud. Como si fuera demasiado.

Y sin embargo, el estómago sugiere vaguedad, vacío. Y una especie de culpa por ese resto de hambre.
Tal vez los roces, esos encuentros furtivos donde el abrazo de la amistad sugiere un perfume de sensualidad, arranca una añoranza de lo desconocido. El tiempo pasa.
Una nota perdida en el aire, una mirada más tierna y más silenciosa que otras ...Nostalgias de paraísos secretos, nombres silenciados, sombras en las sombras de la memoria...
Todos vinieron, pero parece sentir las caricias inmateriales de otros seres queridos ausentes, que la miran más allá de la materia, y una ráfaga de brisa que deja un beso en la frente, o una sonrisa entre las nubes bendiciendo un feliz cumpleaños que sólo ella escuchará...
- Me siento mal por sentirme mal - se reprocha.

Terminó la fiesta. Mañana será otro día. Algunas amigas se olvidaron de llamar por primera vez. Está nublado. Todo no es todo y mucho no parece suficiente.
Quisiera quedarse mirando las luces de la calle mojada, desde su 10º piso, hasta que amanezca...
Pero da los besos que tiene que dar y se acuesta, junto a la respiración conocida de su marido que duerme antes que ella.

Parece que las horas no pasaron cuando el despertador la sacude. Quisiera demorarse un poco entre las sábanas frías,  pero como si algo la hubiera aguijoneado, recuerda de pronto que es lunes, que hay que llevar a los chicos al colegio, que tiene compromisos, que olvidaba su clase...
A media mañana sale a la calle, silenciosamente. Casi triste. Como todos los lunes lleva sus carpetas. Llega a alguna parte. Sube en ascensor y descubre que tiene el corazón un poquito mareado y anhelante. Una ansiedad que ha pasado por alto semana tras semana los últimos dos años, y que hoy - ¿será por el cumpleaños? - se le hace notable.
Toca un timbre, el mismo timbre de todos los lunes a la tarde de los últimos dos años. Ante la puerta cerrada no deja de repetirse que será una clase más de francés, como tantas. ¿Por qué entonces le retumba algo en el pecho?....

Le abren la puerta. Y pasa.

E inesperadamente, como una calesita que despierta de su silencio de años y comienza a girar airosamente con sus corceles y guirnaldas de madera... un encuentro casi casual, casi fugaz, desencadena la música...
Un globo rojo con estrellitas blancas que el pensamiento y la mirada son capaces de mover si se concentran... Un Feliz Cumple escrito en el vapor del vidrio empañado a propósito. Un champagne enfriado al calor de un amor nuevo que espera. Una tarjeta impresentable, secreta y desafiante. Un libro que generó comentarios suspicaces. Un corcho con tres estrellas.
Y toda la ternura, la risa, el juego, las caricias, el encanto total, sin décadas, que le hace saber que el mundo se derrumba pero no es completo sin submundos.
Y pregunta: “¿Cuál es el lado oscuro del corazón?”. Y la respuesta: “Es como el de la luna”... “¿Entonces es el lado que no se muestra? ¿O el que nadie ve?”...

Ella allí, con el lado oscuro de su corazón locamente iluminado por la luz del Lucero, y la alegría de nuevo en él.

2 comentarios:

Rosana Ruiz dijo...

y justo que acabo de vivenciar el mío fue movilizante encontrar vivencias exactas...

Unknown dijo...

Seguimos en sintonía, Ro! (aunque todavía no hayamos logrado coincidir para la muestra...!) Un abrazo grande, y qué lindo que estés.